miércoles, 13 de noviembre de 2013

Criterios de clasificación de los seres vivos



           
Clasificación de los seres vivos
Clasificar consiste en agrupar diversas cosas, tomando en cuenta los rasgos comunes que tienen entre sí. Cada uno de estos modos según los cuáles pueden clasificar los objetos constituye un criterio de clasificación; por ejemplo el tamaño, el color, etc.
Cada criterio de clasificación abarca una o varias categorías, es decir, diferentes niveles o clases en los que se incluye cierto objeto.
A lo largo del tiempo, y a medida que se descubrían nuevos aspectos relacionados con la vida en la tierra, los criterios para clasificar los organismos fueron variando; entre los criterios que pueden tenerse en cuenta para clasificar a los seres vivos se encuentran:
·       Cantidad y tipo de célula de cada organismo.
·       Modo en que se alimentan.
·       Tipo de reproducción.
·       Ambiente donde viven.

Cantidad de célula de cada organismo: De acuerdo a este criterio podemos clasificar a los organismos en unicelulares y pluricelulares  o multicelulares. Los unicelulares están formados por una única célula, son considerados más primitivos que los pluricelulares, debido a su menor complejidad. Aunque resulte sorprendente estos seres unicelulares representan la inmensa mayoría de los seres vivos que pueblan actualmente la Tierra. Ejemplo de estos organismos son los procariotas entre ellos Bacterias y eucariotas como los Protozoos (paramecio, ameba), y levaduras.
Los pluricelulares o multicelulares en cambio son aquellos que están constituidos por más de una célula las cuales están diferenciadas para realizar funciones especializadas y se reproducen por mitosis o meiosis. En contraposición a los organismos unicelulares que reúnen todas las funciones vitales en una única célula. Para formar un organismo multicelular estas células necesitan identificarse y unirse a las otras células.
Los organismos multicelulares (como plantas, animales y algas pardas) surgen de una sola célula y generan un organismo multicelular. Estos organismos tienen uniones celulares permanentes, es decir, las células han perdido la capacidad de vivir solas por lo tanto requieren de la asociación pero esta debe darse de manera tal que desemboque en diferentes tipos celulares que generan organización celular en tejidos, órganos y sistemas, para así conformar un organismo completo. Los organismos pluricelulares son el resultado de la unión de individuos unicelulares a través de formación de colonias, filamentos o agregaciones.
Un conjunto de células diferenciadas de manera similar que llevan a cabo una determinada función en un organismo multicelular se conoce como tejido.
Los organismos pluricelulares deben afrontar el problema de regenerar el organismo a partir de células germinales. Estos organismos pueden sufrir cáncer, cuando falla la regulación de crecimiento de las células dentro del marco de desarrollo normal. Los ejemplos de estos organismos  son muy variados y pueden ir desde un hongo, un árbol a un animal.

        




                                  

Tipo de célula: Encontramos dos tipos de células en los organismos, son procariota o eucariota.
Las procariota (Pro= antes, carión= núcleo), son aquellas células sin núcleo definido, es decir, cuyo material genético se encuentra disperso en el citoplasma. Casi sin excepción los organismos basados en células procariotas son unicelulares.
Se cree que todos los organismos que existen actualmente derivan de una forma unicelular procariota (LUCA). Existe una teoría avanzada la “Endosimbiosis Seriada”, que considera que a lo largo de un lento proceso evolutivo, hace unos 1.500 m.a, los procariontes derivaron en seres más complejos por asociación simbiótica a los eucariontes.


                                
Eucariotas (Eu= verdadero, carión= núcleo), se las denomina a todas las células con un núcleo celular delimitado dentro de una doble capa lipídica: la envoltura nuclear, además que tienen su material hereditario, fundamentalmente su información genética.
Las células eucariotas son las que tienen el núcleo definido gracias a una membrana nuclear, al contrario de las procariotas.
El paso de procariota a eucariota significó el gran salto a la complejidad de la vida y uno de los más importantes de su evolución. Sin este paso, sin la complejidad que adquirieron las células eucariotas no habrían sido posibles ulteriores pasos como la aparición de los seres pluricelulares. La vida, probablemente se habría limitado a constituirse en un conglomerado de bacterias. De hecho, los cinco reinos restantes proceden de este salto. El éxito de estas células posibilitó la gran variedad de especies que existen en la actualidad. Dentro de las eucariotas encontramos a la célula animal y vegetal.        


                                                            
 ESTRUCTURA DE LA CÉLULA EUCARIOTA     
              


Modo en que se alimentan: Podemos distinguir  dos clases de seres vivos; los autótrofos, los heterótrofos.
Autótrofos, procede del griego y significa "procesa su alimento por sí mismo". Como las plantas,  las algas y algunas bacterias, fabrican las sustancias orgánicas que necesitan a partir de sustancias inorgánicas que captan de su entorno, como agua, sales minerales y dióxido de carbono. Para ellos precisan energía, que generalmente obtienen de la luz del sol, mediante un proceso llamado fotosíntesis. Estas sustancias orgánicas constituyen su alimento y el del resto de los seres vivos.
Los organismos heterótrofos (del griego hetero, otro, desigual, diferente y trofo, que se alimenta), en contraste con los organismos autótrofos, son aquellos que deben alimentarse con las sustancias orgánicas sintetizadas por otros organismos, bien autótrofos o heterótrofos a su vez. Aquí encontramos a los animales, a los hongos y la mayoría de los microorganismos.
Tipo de reproducción: La reproducción es un proceso biológico que permite la creación de nuevos organismos, siendo una característica común de todas las formas de vida conocidas. Las modalidades básicas de reproducción se agrupan en dos tipos, que reciben los nombres de asexual o vegetativa y de sexual o generativa.
La reproducción asexual está relacionada con el mecanismo de división mitótica. Se caracteriza por la presencia de un único progenitor, el que en parte o en su totalidad se divide y origina uno o más individuos con idéntica información genética. En este tipo de reproducción no intervienen células sexuales o gametos, y casi no existen diferencias entre los progenitores y sus descendientes, las ocasionales diferencias son causadas por mutaciones. No hay, por lo tanto, intercambio de material genético (ADN). El ser vivo progenitado respeta las características y cualidades de sus progenitores.
La reproducción sexual requiere la interacción de un cromosoma, genera tanto gametos masculinos como femeninos o dos individuos, siendo de sexos diferentes, o también hermafroditas. Los descendientes producidos como resultado de este proceso biológico, serán fruto de la combinación del ADN de ambos progenitores y, por tanto, serán genéticamente distintos a ellos. Esta forma de reproducción es la más frecuente en los organismos complejos. En este tipo de reproducción participan dos células haploides originadas por meiosis, los gametos, que se unirán durante la fecundación.




 


  


                                                                                 
  

Clasificación según el tipo de ambiente:
Los seres vivos habitan una gran diversidad de lugares, desde los más fríos, como los polo, hasta los más cálidos, como las selvas; desde los que están constituidos por agua, como los mares y los lagos, hasta los que son sumamente áridos, como los desiertos.
·               Para organizar esta amplia variedad de ambientes se los agrupa en tres grandes clases: los acuáticos, los aeroterrestres y los de transición. En cada tipo de ambiente se encuentran organismos que presentan adaptaciones que les permite vivir en ese ambiente, y no en otro. Teniendo en cuenta este criterio es posible clasificar a los organismos según el tipo de ambiente donde viven.
·               Los seres vivos acuáticos nacen, se desarrollan y se reproducen en el agua. Es el caso de las algas, de algunas plantas, como la elodea y el irupé, y de muchos animales.







                              


 Los organismos aeroterrestres incluyen a la gran mayoría de las plantas y a una extensa variedad de animales; entre estos se encuentran casi todos los insectos y los mamíferos, y muchas aves.



·       Los de transición son aquellos que se desarrollan en el límite entre un ambiente acuático y uno aeroterrestre. Algunos de los seres vivos característicos de este tipo de ambiente son ciertas plantas, como los juncos y los totoras, y los animales anfibios, como los sapos y las ranas.





·       Además de los seres vivos que habitan en ambientes acuáticos, aeroterrestres y de transición, existen algunos, denominados parásitos, que viven sobre o dentro del cuerpo de otros seres vivos, del cual obtienen alimento y alojamiento. De este modo, para los parásitos el cuerpo del organismo donde se alojan constituyen su ambiente. Varios protozoos son parásitos. También lo son las tenias, las garrapatas y los piojos.





·       En relación con los ambientes en los que se distribuyen los seres vivos, un caso especial es el de las bacterias y los hongos. Estos organismos habitan en todos los tipos de ambientes, y muchos son parásitos. Algunas bacterias y muchas arqueas, incluso, son los únicos seres vivos capaces de sobrevivir en ambientes con condiciones extremas, como los hielos de la Antártida y ciertas aguas termales en las que la temperatura llega casi a los 100°C.